jueves, 22 de mayo de 2014

Todo está seco. Todo está en peligro de fuego.

     He ido esta tarde a  buscar orquídeas. 
     Estoy preocupado: la sequía ha convertido el monte en una yesca a la espera de cualquier chispa natural o no para quemarse y cumplir con su cometido. 
     Lo malo es que no habrá muchas opciones de renovación. Tardaría mucho tiempo: que las semillas de orquídeas tardan mucho en producir flores y a demás han de encontrar un hongo específico que le sirva de simbionte para alimentarse, ya que la semilla se comporta como un parásito del hongo durante la primera etapa de crecimiento. Justo hasta que las raíces se establecen como adultas. 

     En otras plantas fanerógamas (con flores)  la cosa puede ser incluso peor. 

     Pero no olvidemos que Gaia no muere, solo se regenera y lo que hoy está vivo mañana estará muerto y además habrá otro biotopo con otros inquilinos . Es posible que nosotros no estemos, pero eso a la tierra le trae sin cuidado. Ella sigue viva.
    






     Ningún organismo es más poderoso que Gaia. Iluso es el que se cree lo contrario.
     Un reinado eterno y unas ilusiones puestas en un experimento. Ojalá que salga bien porque en ello nos va la vida.


Fotografía con texturas y pinceles.

martes, 20 de mayo de 2014

El sueño y el lago de Bañolas

     Todo lo veo distorsionado, me estoy despertando porque el despertador me ha acariciado el oído como un martillo pilón.
   La legaña me pega el párpado como si fuera cianocrilato concentrado. Y poco a poco voy encontrando el valor de salir del letargo amable del sueño con un poco de fuerza de voluntad. 
   Al pesar en lo que tengo que hacer por delante del día... me ilusiona la visita al lago de Banyoles. Un lugar mágico que todo el mundo debería visitar al menos una vez. Con su sirena, sus aguas cristalinas y limpias. Con sus remeros y sus nadadores. Sus alegres visitantes acaricidores de sus orillas con pasos cuidadosos o carrera suave. Las raíces de los grandes árboles de bordura se ven como beben de sus riberas. 
   
   No sólamente se puede pasear. El lugar esta tan bien pensado e inspira tanto que a alguien se le ocurrió hacer un carril bici que rodea -prácticamente- el lago. Tenemos también un mirador desde donde se pueden ver como los remeros practican y realizan sus falsas salidas: osea que, la vida sana es una evocación continua. Empezando en la visión del paisaje  siguiendo por los paseos y la bici y terminando por las competiciones.
    Y también el relax nos solicita, con las barcas  (imagen del lago desde hace tiempo como signo de identidad en el recuerdo de las noches veraniegas-  que cuando descansan en el lago, están amarradas con alineamiento militar Y cuando esperan a mostrar el lago al visitante la orilla cobija sin dejar de proteger del inexistente oleaje. 

     El perímetro del lago, con acceso a la orilla en varios puntos estratégico para poder embarcar o descansar del mundanal estrés, te ofrece alguna orquídea y flora varia, incluso unos troncos que muestran su pleitesía con reverencias imposibles.


En la ribera del lago los rincones nos llaman para que estemos un ratito con el sentimiento prestado y el ánimo sosegado. No es cuestión de hacer las cosas rápidamente , si no de hacer las cosas. Luego llegarán los momentos de refrescarse con una cañas en cualquiera de los bares y cafeterías que hay al otro lado de la carretera. Pero, mientras llega ese momento se pueden ver joyas que relajan y estimulan el alma y te lanzan al minimalismo que nos libera de tensión.
   








   Por fin la familia se reúne y se dirige a disfrutarse unos momentos, antes de volver a la vida de nuevo. Para nosotros, que fuimos de Paseo fotográfico, todo salió bien y el día respetó nuestras ansias de encontrar imágenes dignas y sobre todo buena compañía y mejores fotos . Un placer.