lunes, 29 de diciembre de 2014

Una toma de perspectiva




Una toma de perspectiva

He estado un tiempo sin escribir nada.
Los ritmos te llevan por otros derroteros y nadie está por la labor de retomar aquello que está descansando - mucho menos si no apetece, claro- y las situaciones se asientan y nos miran de frente y nos dicen lo que necesitamos saber.
Bien.  Ha habido varios talleres de los que voy a dar cuenta con imágenes muy valiosas. Ha habido varias circunstancias que me han hecho revisar mis puntos de vista.


Con la mirada puesta en el 2015, y sin dejar aun el 14, siento la necesidad de recorrer un camino nuevo. Para pisar terreno quebradizo y peligroso que me de chispa y nuevas sensaciones. Con un espíritu  creativo.
A estas alturas de la vida lo que necesito es cultivar la creatividad, encontrar nuevas soluciones a viejos problemas y seguir descubriendo otros, para enfrentarnos a la vida sin cortes ni desperdiciar argumentos en vanas caminatas. En fin, disfrutar de las imágenes de mi cabeza de manera que las pueda ver y sentir. Que un paisaje de niebla, no oculte la paz del agua tranquila.
En todo este recorrido me gustaría contar con los amigos. Por que son mi fuga de presión, mi piedra de toque, y a veces, les conozco y sé que me he equivocado según reaccionen: a una palabra, a un gesto, a una acción,… Y si he de disculparme… con quién mejor que con ellos. Y seguir aprendiendo a disfrutar de lo que me rodea y de quien me rodea.
No es sutil la opción de aprender de mis amigos: siempre lo digo, observando se aprende más que con horas de estudio. Aunque estudiar es lo más corto para mecanizar reacciones y salir bien parado. Con un amigo no es siempre así. A veces no hay necesidad de salir de ninguna manera, a veces ni siquiera llevar razón es importante. Es –casi diría que lo único importante- el rato de discusión lo que nos ayuda a sentirnos unidos y lo que me hace conocer. Eso si me importa.
Pues en este año que entra, me gustaría que esa línea estuviera presente mucho mas. Que perdiera el miedo a enfrentarme a las situaciones que me están haciendo quedarme atrás y sentir cómo un bolo de piedra en un camino que es mío y que he de recorrer con osadía y no pisando huellas, si no haciendo las mías. Si quieres al lado, si quieres encima, pero mías.
Leí, hace poco, que los niños son el doble de creativos antes de ir a la escuela que después y me he planteado que mejor veo el resultado final y luego le voy dando soluciones a la forma de conseguirlo. Porque si lo hago al revés, estaré poniendo problemas a un proyecto que no debería tenerlos, pues es un proyecto y no un problema.
Siempre estaré con las soluciones antiguas a problemas modernos, que no se solucionan bien. No. No es la forma actual de enfrentarse a la creatividad.
He descubierto que me gustan las lentes deformantes, que me gusta la imagen que me proyectan de las cosas que me rodean.. He descubierto que, si bien no me gusta deformar la realidad que vivo, tampoco me gusta que ella me deforme, y en justa reciprocidad , he de hacer lo propio para que me deje como estoy, sin que me torture ni me doble.
Editar con control sobre diferentes zonas, sin que eso me de preocupación, conjugando la realidad con mi realidad y mostrar lo que quiero que se vea con la naturalidad de una imagen real. Eso me empieza a emocionar. Pero, no sé como seguir.
Tendré que mirar mejor a mis amigos, tendré que ver más sus fotos porque ellos son parte de mi vida y sin ellos estaría pidiendo “SOMA” todos los días. Y entonces, la cosa sería peor.
Está bien.
Es un contrato conmigo mismo y con los que conozco.

Feliz 2015.