Ya es la hora de retomar este blog.
Ha sido un año entero.
Un
año sin subir nada . Sin tener nada que contar que valiera la pena y
hoy me he decidido a darle un empujón para que al menos haya una
entrada al mes.
Las razones de que esto haya sucedido se han de
buscar en los cambios que la vida me ha hecho dar. Nunca es una
vocación cambiar, simplemente es un hecho. Se cambia o uno se muere.
Cuando no hay interés por cambiar estás muerto.
Por
eso tenemos que darnos cuenta de que lo mejor es la renovación. Que
nuestro cuerpo se renueva, se reinventa, se restablece. Pues este año
me ha tocado.
Yo
creo que el contenido del cuerpo básico de este blog no cambiará ,
solo el enfoque que tendrá es diferente. Evidentemente es cuestión
de enlazar con lo que hay ahora y dejar un poco de lado lo que hubo.
La
fotografía, la vida, las sensaciones... todo junto y en comandita
hacen este blog. Antes veía las cosas de una manera y un año
después las veo de otra. ¿mejor? ¿peor? El tiempo lo dirá.
El
primer tema que quiero abordar va a ser la fotografía . Desde 1825,
fecha en que se empezó a gestar como invento real y no experimental,
de Niépce y su placa heliográfica hasta los inventos digitales de
hoy.
Es
posible que sea algo largo pero creo que merecerá la pena.
En el siglo XVIII se consigue que un papel
sensibilizado reproduzca un negativo hecho por contacto, de plantas y
objetos pero, no se ha conseguido fijarlos y terminan por ser toda
una emulsión negra.
Las
propiedades fotosensibles de las sales de plata se conocen desde el
siglo XVI pero, fue el hijo de un ceramista famoso, quien intentó
realizar los dibujos del esmalte de las cerámicas de manera más
industrial y ventajosa, Thomas Wedgwood y corrían los primeros años
del siglo XIX. Desde entonces y has los años 30, los inventores se
convirtieron en ollas en ebullición, que cocinaban ingenios.
La
fotografía era uno de esos inventos que aunque no permitiría una
vida mejor a nadie , excepto a los fotógrafos de la época, que ya
no tendrían que dibujar a los retratados, tendría una gran
repercusión en la vida cotidiana, pues permitiría constatar y
reflejar hechos corrientes y mostrar a los ciudadanos , el
costumbrismo y la moda. No olvidemos que la fotografía es un invento
patentado en Francia y si hay que mirarse en un espejo, los franceses
son auténticos maestros de eso.
La
publicaciones se podrían beneficiar y con ello la publicidad y las
colecciones de vestidos y sombreros, zapatos... y, un largo etcétera
de posibilidades, sólo en el principio de la popularización de la
fotografía.
Con estas miras, fueron casi 40 años de investigación hasta dar con la manera de fijar, de forma duradera, las imágenes que la luz era capaz de plasmar en las sales de plata.
Con estas miras, fueron casi 40 años de investigación hasta dar con la manera de fijar, de forma duradera, las imágenes que la luz era capaz de plasmar en las sales de plata.
Cómo
mecánica científica ya era un avance importante descubrir cómo los
materiales reflejaban la luz. Ahora a hacerlo rentable.
No
hubo un sólo investigador -antes se les llamaba inventores- que no
hubiera tocado ese palo desde que al principios del XVIII se
difundiera la noticia, y fueron muchos en todas partes los que
miraron este prodigio como una fuente de financiación para sus
proyectos pero, no llegaron a tiempo y la academia francesa fue la
primera en patentar el ingenio y el método de fijar imágenes en
soportes manejables y aprovechables.
En
1839, el 17 de enero, Louis-Françoise Arago presenta a la Academia
de Ciencias de Paris el procedimiento por el cual, las imágenes
quedan plasmadas y fijadas sobre papel dejando obsoleta la máquina
de dibujar, que usaban los artistas desde el siglo XVI, para captar con
exactitud los detalles de lo que se quería plasmar.
La caja de luz
había empezado a pasar a la historia. Era el fin de lo manual para
ser el principio de lo científico.
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