martes, 12 de abril de 2016

Retomar el blog.

Ya es la hora de retomar este blog.

 


Ha sido un año entero.
Un año sin subir nada . Sin tener nada que contar que valiera la pena y hoy me he decidido a darle un empujón para que al menos haya una entrada al mes.
Las razones de que esto haya sucedido se han de buscar en los cambios que la vida me ha hecho dar. Nunca es una vocación cambiar, simplemente es un hecho. Se cambia o uno se muere. Cuando no hay interés por cambiar estás muerto.
Por eso tenemos que darnos cuenta de que lo mejor es la renovación. Que nuestro cuerpo se renueva, se reinventa, se restablece. Pues este año me ha tocado.

Yo creo que el contenido del cuerpo básico de este blog no cambiará , solo el enfoque que tendrá es diferente. Evidentemente es cuestión de enlazar con lo que hay ahora y dejar un poco de lado lo que hubo.
La fotografía, la vida, las sensaciones... todo junto y en comandita hacen este blog. Antes veía las cosas de una manera y un año después las veo de otra. ¿mejor? ¿peor? El tiempo lo dirá.

El primer tema que quiero abordar va a ser la fotografía . Desde 1825, fecha en que se empezó a gestar como invento real y no experimental, de Niépce y su placa heliográfica hasta los inventos digitales de hoy.

Es posible que sea algo largo pero creo que merecerá la pena. 




En el siglo XVIII se consigue que un papel sensibilizado reproduzca un negativo hecho por contacto, de plantas y objetos pero, no se ha conseguido fijarlos y terminan por ser toda una emulsión negra. 
 
Las propiedades fotosensibles de las sales de plata se conocen desde el siglo XVI pero, fue el hijo de un ceramista famoso, quien intentó realizar los dibujos del esmalte de las cerámicas de manera más industrial y ventajosa, Thomas Wedgwood y corrían los primeros años del siglo XIX. Desde entonces y has los años 30, los inventores se convirtieron en ollas en ebullición, que cocinaban ingenios.

La fotografía era uno de esos inventos que aunque no permitiría una vida mejor a nadie , excepto a los fotógrafos de la época, que ya no tendrían que dibujar a los retratados, tendría una gran repercusión en la vida cotidiana, pues permitiría constatar y reflejar hechos corrientes y mostrar a los ciudadanos , el costumbrismo y la moda. No olvidemos que la fotografía es un invento patentado en Francia y si hay que mirarse en un espejo, los franceses son auténticos maestros de eso.

La publicaciones se podrían beneficiar y con ello la publicidad y las colecciones de vestidos y sombreros, zapatos... y, un largo etcétera de posibilidades, sólo en el principio de la popularización de la fotografía.

Con estas miras, fueron casi 40 años de investigación hasta dar con la manera de fijar, de forma duradera, las imágenes que la luz era capaz de plasmar en las sales de plata.

Cómo mecánica científica ya era un avance importante descubrir cómo los materiales reflejaban la luz. Ahora a hacerlo rentable.

No hubo un sólo investigador -antes se les llamaba inventores- que no hubiera tocado ese palo desde que al principios del XVIII se difundiera la noticia, y fueron muchos en todas partes los que miraron este prodigio como una fuente de financiación para sus proyectos pero, no llegaron a tiempo y la academia francesa fue la primera en patentar el ingenio y el método de fijar imágenes en soportes manejables y aprovechables.

En 1839, el 17 de enero, Louis-Françoise Arago presenta a la Academia de Ciencias de Paris el procedimiento por el cual, las imágenes quedan plasmadas y fijadas sobre papel dejando obsoleta la máquina de dibujar, que usaban los artistas desde el siglo XVI, para captar con exactitud los detalles de lo que se quería plasmar.

 La caja de luz había empezado a pasar a la historia. Era el fin de lo manual para ser el principio de lo científico.
 



 

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